Blanco de Plomo quiere ser un espacio para los amantes del Arte... un espacio para los que se dejan cautivar por las pequeñas pinceladas... para los que son capaces de ver más allá de lo que ven... para los que al contemplar una pintura, alzar la mirada ante un edificio testigo de la Historia o rodear una escultura, vislumbran el otro entre el tiempo y el instante.

domingo, 23 de mayo de 2010

Flora [...o la Primavera....]

Flora
Fresco de Stabia

Siglo I a.C.
Museo de Nápoles




Tiene toda la cara de pompeyano...

La verdad es que todos (bueno, casi todos) tenemos la cara de allí de donde somos... ayer estuve en Málaga (la verdad que menos mi madre, mi hermana y yo, los que nos rodeaban tenían una cara de malageueños, increible...) y me acerqué al Museo Picasso... la verdad es que no tiene cara de malagueño. Como diría mi profesor Valdivieso, que Picasso naciera en Málaga fue una casualidad biológica... Picasso tiene cara de ¿sus cuadros? ... aunque para cara, la del Museo en sí... Picasso y los caballos, ¡toma ya!... seguro que muchos serían caballos sin cola. Ahora lo entiendo, la cola estaba dando la vuelta a la esquina, ergo, imposible entrar... me fui directo a la tienda, que cara la mía. Bueno, que me desvío... decía que los malagueños no se parecen a Picasso... y que este fresco (que los frescos son los que tienen mucha cara) tiene cara de ser pompeyano.

Pero no, no es pompeyano, es de Stabia... Es una población cercana a Pompeya, a unos seis kilómetros al Sur. También las villas de los patricios de esta ciudad sufrieron las consecuencias del Vesubio en el año 79. Decoraba el cubiculum de la Villa Arianna. Hay quienes le echan cara y hablan de la primavera, otros se la echan para decir que es la Diosa Flora... ¡hay que tener cara! para ser una mujer sin ella, bueno, casi, porque un poco asoma.

La iconografía es dudosa. En este caso no es casualidad biológica. Es simplemente dudosa... ¿Flora? ¿La Primavera? ¿las dos? ¿ninguna?... campea descalza por un fondo verde marino, recogiendo flores que va dejando caer en un kalathos... realmente es una escena simplemente bucólica y cotidiana... (la verdad es que los dioses se hacen mas dioses cuanto más cotidianos son, pero bueno, ahí no entro ahora)... Es ella... y seguro que ha impresionado a muchos cuando la han visto [espero verla este verano], si no que le pregunten a Valdés Leal (esta tesis es un poco atrevida, pero fundada en una primera comparación visual)... Es ella, con una composición llena de frescura, libertad, espontaneidad...

Lo más encantador no es quien sea, ya hemos dicho que es ella envuelta en tres coordenadas que la hacen especial (¿a que si?) el color, la línea y la sencillez compositiva...

El cromatismo es quien juega un papel fundamental en el fresco, la luminosidad y el color son fundamentales para catalogar de bello este sentimiento pictórico mural... la neutralidad de la escena viene dada por el color y a su vez el color entra en el juego de las perspectivas alejándola a ella de la escena y haciéndola cercana a ti que la ves y la contemplas, y la haces preferida (que no perfidia, que si no hay que echarle cara al asunto y movernos en el terreno de la deslealtad, la traición o el quebrantamiento de la fe debida, y no está el horno para bollos...) y te remite a una fuerza pictórica inigualable (bueno, casi inigualable)

La segunda coordenada que entra en juego es el trazo... está marcado por ese ritmo curvilíneo que hace esencial la magia de la figura con la línea curva, llevando al muro con el dibujo los mejores versos poéticos de un pincel. Además contrasta con la prosa vertical del tallo en flor que compensa la sinuosidad de la muchacha...

Termino con la composición... ella sobresale de la escena... una escena atrevida, diferente... pies descalzos, espalda desnuda... detalles de sensualidad inusual y cotidiana en un entorno danzarín y despreocupado...

Como ves hay que echarle cara al asunto y escribir con palabras lo que simplemente pellizca el estómago y envuelve en un placer especial cuando contemplamos la obra de arte vislumbrando un espacio entre el otro y el instante...



Persecución de vida que
Rezuman los
Iris de quienes te
Miran...
Avanzas y te acercas mientras te
Vas de mi...
Estás y me envuelves en el
Roce tibio de tu
Ausente y distante escena...

Oda en

Flor que haces
Liviano cada rincón
Oscuro de mis días
Recordando que te vas y...
Al tiempo volverás...

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